martes, 24 de junio de 2014

“El hermano vengativo de Aladino”



Aladino, el héroe que poseía una lámpara maravillosa, tenía un hermano llamado Teneo.  Las  leyendas  no  mencionan  a Teneo  porque  toda  la  fama  fue  para  su hermano. Sin embargo, se trataba de un muchacho inteligente y hábil. Pero la envidia llenaba su corazón.

Escondido tras cualquier roca o matorral, Teneo observaba el prodigio de la salida del genio de la lámpara de su hermano. Naturalmente, quiso poseer tan preciado tesoro. Tras mucho pensarlo, decidió hablar con Aladino.
-¡No es justo, hermano!. Tú tienes una lámpara maravillosa, y las gentes recordarán tu historia por los siglos de los siglos.
En cambio a mí...¿quién me recordará?.-
Aladino trató de razonar con él:
-Lo siento, Teneo, pero yo no elegí ser famoso. Además, somos hermanos, y todo lo mío es tuyo también. Si quieres, te regalo uno de los deseos que me corresponden, pero no puedo hacer más por ti.-
-¡Te odio. Quédate con tu maldita lámpara!. No quiero que me compadezcas. Desde hoy ya no somos hermanos, sino enemigos- dijo Teneo.
Aladino no deseaba entrar en conflicto, y menos con su hermano, pero ¿qué podía hacer?. Cada mañana intentaba hacer las paces con Teneo, pero éste se portaba duramente con él, intentaba provocar peleas y hablaba mal de su hermano a todo el que le quisiera escuchar.
Sin embargo Aladino seguía intentando que todo volviera a ser como antes. Echaba tanto de menos la amistad con su hermano que le perdonaba sus ofensas. Fue entonces cuando Teneo tomó una decisión malvada: le robaría la lámpara.
Adivinando sus intenciones, Aladino la escondió en el hueco de un árbol, pero Teneo vigilaba todos sus movimientos, y no tuvo dificultad para encontrar el escondite. Uno noche sin luna, se  acercó al árbol y robó la  famosa lámpara.
Temblando de emoción, se  la  llevó a  la  playa, y  allí  intentó que el  genio saliera sin  conseguirlo. Tocó la lámpara, la sacudió, la arrojó contra una roca, pero el genio seguía sin salir. Incluso gritó:
-¡Sal de una maldita vez, genio!.- Pero no hubo respuesta.
Teneo ya casi se daba por vencido. De pura impotencia se echó a llorar ¿por qué mi hermano tiene tanta suerte y yo ninguna?. Una gruesa lágrima cayó encima de la lámpara. Casi sin darse cuenta, la frotó para secarla, y el genio salió de ella sin que Teneo se diera cuenta, pues se tapaba los ojos mientras lloraba. Por última vez, gritó:
-¡Genio, sal!. ¡Sal!. ¡SAL!.-
De inmediato, un chorro de sal comenzó a salir de la lámpara. Cuando Teneo comprendió lo  que  pasaba, ya  era  tarde: el  genio  le  había  concedido  su  deseo: ¡toneladas de sal!. La sal lo llenó todo: la playa, el bosque cercano, los prados que había a las afueras del pueblo.
Teneo intentó detener el chorro inagotable de sal, pero le resultó imposible. Se dirigió entonces al genio:
-Por favor, genio. Deja de hacer salir más sal, o todos moriremos ahogados en ella.-

Pero el genio le contestó burlón:
-Lo siento, Teneo, era tu deseo. Quisiste enfrentarte a tu hermano, y por odio hacia él me robaste. Ahora tendrás que soportar las consecuencias.-
Mientras tanto, la sal formaba ya una montaña. Teneo, asustado, cogió la lámpara y montó en una barca, alejándose mar adentro. Cuando ya no se divisaba la costa, la tiró al mar, y vio como se hundía. Después volvió a tierra, y sin regresa siquiera a su hogar, huyó hasta perderse entre las rocas de una lejana montaña.
Mientras tanto, desde lo más profundo del mar, la lámpara seguía vertiendo sal. Ese es el motivo de que el agua del mar...esté salada.

 
                                                                                                              [Creación libre a partir de un cuento popular]

No hay comentarios:

Publicar un comentario