jueves, 17 de enero de 2013

El sol, la luna y la belleza

Desde el principio de los tiempos el sol y la luna han competido en belleza. El sol sabe que es radiante, luminoso y además es el padre del fuego. La luna, por su parte, es plateada, misteriosa, silenciosa y madre del amor. Quizás por ser cada uno hermoso a su manera se llevan tan mal, y sólo despierta uno cuando el otro se acuesta, dando lugar al día y la noche.

 Hace algunos siglos, la luna no se conformó con su reinado nocturno. ¡Al fin y al cabo, mientras ella extendía su belleza los seres vivos acostumbraban a dormir. No era justo!. Entonces decidió visitar al sol, y le habló de esta manera: 
-Te odio por ser el preferido de los seres vivos. Si puedo, te mataré.- 
-¡Pobre luna!. Yo no tengo la culpa de ser querida por las plantas, los animales y los seres humanos. Además, tú eres la reina de la noche. Si yo estuviera despierto todo el día, todos ellos morirían de calor. Como ves, eres tan importante para la vida como yo- dijo el sol. 

Pero la luna seguía envidiando la belleza del llamado “astro rey”. Pensaba: “¡Soy bella, pero no la más bella!”. Así que le declaró la guerra al sol. 
Una noche, cuando el sol dormía tranquilamente, la luna se acercó a él lentamente, y cuando se encontraba a su lado le tiró, vengativa, un puñado de barro. El sol despertó indignado. 
Al verse manchado exclamó: -¡Mira lo que has hecho. Has estropeado mi perfecta belleza!. 
La luna sonreía malvadamente. Había humillado y afeado a su rival... y así es como se crearon las manchas solares. El sol, enfadado, se tomó su venganza y cuando en pleno día la luna estaba durmiendo, le arrojó a su vez un puñado de barro. “Ahora te toca a ti sufrir” pensó. 
La luna despertó asustada. -¡Me has llenado de barro, ya no podré salir de noche!-dijo. 
El sol le respondió: -No te preocupes. Tardará varios días en ir secándose el barro. Mientras tanto sólo se te verá una parte de tu cara. Pero como castigo a tu maldad, cuando luzcas de nuevo brillante, te iré tirando un poco de barro cada mañana durante el mismo número de días. ¡Así aprenderás a respetar mi belleza!. 
Por este motivo, la luna cambia de cuarto menguante a luna nueva (cuando está completamente cubierta de barro), y de ésta pasa a cuarto creciente hasta llegar a luna llena (según se va secando y cayendo el barro). 
La luna, parece, perdió la batalla por la belleza, pero a modo de venganza, cada varios años, espera a que el sol esté confiado, y consigue lanzarle todo el barro que consigue ir acumulando poco a poco. El sol, manchado, se esconde en pleno día hasta que sus rayos calientan y deshacen el barro. Ese es el origen de los eclipses. 

[Adaptación de una leyenda africana] 

Reflexiona

¿Cuál de los dos astros os parece más bello, el sol o la luna?; ¿por qué?
¿Por qué está tan enfadada la Luna?
¿Creéis que tiene razón el Sol cuando le dice a la Luna que ella también es bella y muy necesaria?
A pesar del comentario del Sol, la Luna no se lo cree, ¿qué hace?, ¿os parece bien?
¿Os parece tan importante como a la Luna ser guapo/a?; ¿qué otras cosas son importantes en una persona?
 


 

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