Cuentan de un sabio que un día tan
pobre y mísero
estaba que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
yo?
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta viendo
que otro sabio iba cogiendo
las yerbas que él
arrojó.
Calderón de la Barca
Pensamos :
• ¿De qué dudaba el sabio?; ¿qué
descubrió tras de sí?; ¿cómo creéis que se sentía?
• ¿Qué ha podido aprender el sabio?; ¿qué podemos aprender
nosotros?
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